¿Qué es el alma? Una palabra tan simple, pero tan difícil de definir. Si se preguntan a ustedes mismos, ¿quiénes somos realmente? ¿qué dirían? ¿somos sólo el cuerpo o sólo tenemos un cuerpo? ¿somos la mente o tenemos una mente?
Esta claro que no somos ni lo uno ni lo otro. Nuestro cuerpo y mente son herramientas que nos fueron dadas para vivir en el planeta, para movernos, pensar, hablar, etc. Entonces, qué es lo que somos. El alma es lo que realmente somos. Esa energía de amor, esa chispa divina dentro nuestro, que es lo que nos hace estar vivos en un cuerpo, en el planeta, aquí y ahora. La religión católica la califica como “inmortal” y la define como el principio vital del hombre. El Bhagavad Gita, una antigua escritura de la india, la define como aquello que nunca nace y nunca muere, aquello a lo que el agua no la puede mojar y el fuego no la puede quemar, que es inmutable e indestructible.
Cuanta tradición espiritual existe, en su fuente, nos habla de esa esencia, del aliento vital por el cual se mueve lo que tiene nombre y forma. Aquello que si no existiese, no permitiría que lo captado por nuestros sentidos, literalmente, sucediera. El alma es el viajero incansable, que va cambiando de cuerpo, vida tras vida, así como nosotros cambiamos de ropa. El alma adopta una experiencia humana, para experimentar, el contraste y regresar a casa con la información de la totalidad, después de haberse sumergido un rato en la ilusión.
Sobre esa identificación con el ego, volveremos tantas veces en estas charlas de espiritualidad práctica. El olvido del alma, la creencia de que “Yo soy este cuerpo y esta personalidad”, es lo que genera el brutal sufrimiento humano. Somos encarnaciones divinas en un cuerpito humano durante un rato. Comprender esto, es el más rápido camino a la liberación de cuanta atadura haya tejido la mente limitada.
El alma es esa parte que está en todos y cada uno de nosotros, y nos demuestra que todos somos iguales en esencia, todos tenemos dentro esa energía que no es otra cosa mas que amor. Pero no amor de telenovela, sino amor puro, verdadero, incondicional, amor que entrega sin esperar nada a cambio, que ama por el solo hecho de amar. Somos ese amor, esa es nuestra naturaleza. Si dejásemos que nuestra alma se expresase, todas las personas nos comportaríamos con bondad y alegría, pero el mundo y sus situaciones cotidianas, nos envuelven con un velo de ilusión y nos hacen olvidar lo que realmente somos y lo mucho que tenemos para dar.
Así que, queridos amigos, dejemos expresar al alma. Amemos, amemos y amemos, vivamos en amor, ese es el único camino hacia una vida plena y feliz.
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